martes, 16 de noviembre de 2010

Desdeña las flores marchitas....

CALIGRAFÍA DEL LIBRO II
VAGAR
Desdeña las flores marchitas, ya abier-
tas, del amanecer, y quédate con los bro-
tes tiernos, aún cerrados, de la noche.

Así, verás pasado y presente en un úni-
co instante, y abarcarás los inmensos ma-
res en tan sólo un abrir y cerrar de ojos.

Lu Ji (s.III n.e.), Wen Fu. Prosopoema del arte de la escritura, Libro II, vers. 9-10 

Wen Fu -también llamada Prosopoema del arte de la escritura- es la primera obra de crítica literaria de la cultura china.  En ella se habla de cómo hay que escribir para estar de acuerdo con el Cielo y la Tierra.  Sí, continua siendo una obra con características taoístas.  También nos cuenta cómo deben de ser los trazos de los ideogramas, qué tipo de pincel y qué tipo de papel debemos usar para cada tipo de escritura.  Cómo debemos dejar suelta la mano.  Sentir la vida a través del pincel para captar el momento.  Y esto de acuerdo con el Yin y el Yang.

La caligrafía del libro II significa vagar, mientras que el título de dicho libro es El Proceso. A nosotros nos cuesta un poco poder llegar a unir la acción de vagar con un proceso.  Para un taoísta, el hecho de vagar no tiene el mismo valor que para nosotros.  Hay que entender, además, que el fenómeno del taoísmo fue una lucha en contra del confucianismo.  Éstos últimos querían poner orden y nombre a todas las cosas -era un pensamiento y movimiento burgués-.  El taoísmo fue un movimiento de personas expulsadas del gobierno y expropiadas, por lo tanto, en contra de lo que estaba establecido por el Imperio.  Así, vagar se opone a estudiar en el sentido de que si liberamos nuestra mente de ataduras culturales, podremos realizar el proceso del camino y de la virtud: vaciarnos para llegar al Cielo, al Uno...

En todas las épocas, escribir nos sirve para exorcitar.  Unos escribimos sobre lo que sentimos, otros sobre lo que nos pasa por nuestra mente, alabamos a los admirados, criticamos a los odiados.  Escribimos literatura, poemas, prosa...  Escribimos.

Pero siempre escribimos para captar el momento, como cuando al hacer caligrafía china cogemos el pincel, relajamos la mano, y nos dejamos llevar por el vaivén de la vida, del viento...  Dejamos atrás todo lo que se ha dicho, las flores marchitas, e intentamos dar algo nuevo a nuestros lectores, como cuando nos quedamos con los brotes tiernos que se abrirán a la mañana siguiente, cuando el rocío haya llorado encima de ellos porque debe despedirse.

Saber que lo viejo ya no existe y que ya se ha marchitado nos hace sabios.  Olvidarlo, necios.  Es por ello que saber lo que se ha sido, sin ningún rencor, nos permite ver el pasado y el presente en un único instante.  En sólo en un abrir y cerrar de ojos.

Por cierto.... ahora que en Cataluña nos ametrallan con política... Me gustaría preguntar a cada uno de los candidatos... ¿Sabe algo, Vd. de Lu Ji o Wen Fu? Dudo de que esta gente que dentro de unos días va a dirigir nuestra Comunidad, hayan visto alguna vez su presente en un sólo abrir y cerrar de ojos.

Los que lo hemos visto, no nos presentamos en unas elecciones políticas.
ORIGINAL DE LOS VERSOS
TRADUCIDOS AL CASTELLANO
EN IDEOGRAMAS SIMPLIFICADOS

2 comentarios:

  1. Gracias por compartir tus reflexiones

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  2. Desdeña las flores marchitas, ya abier-
    tas, del amanecer, y quédate con los bro-
    tes tiernos, aún cerrados, de la noche.

    Prefiere a chicas jovénes (virgenes "brotes tiernos aun cerrados", antes que a las mujeres viejas "marchitas".

    Así, verás pasado y presente en un úni-
    co instante, y abarcarás los inmensos ma-
    res en tan sólo un abrir y cerrar de ojos.

    Se refiere al placer sexual.

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